Las huellas del Madrid judío, un legado oculto*

El Madrid judío se ubica como una suerte de patrimonio oculto evidenciado en dos épocas concretas. Una, primigenia y medieval, escenario de persecuciones y sustento de leyendas y otra, contemporánea, referente a su refundación. Si bien no existen edificaciones o restos de la primera judería de la capital sí figuran escritos que la ubican en lo que actualmente es la catedral de La Almudena. A su espalda permanecieron los judíos incluso tras la conquista cristiana de Madrid, entonces Mayrit, en el año 1083 por el rey Alfonso VI. Apenas unos metros más allá de aquella judería vieja, subiendo por lo que ahora es la calle Mayor se asentaron muchos comerciantes, especialmente en el espacio que hoy acoge al Mercado de San Miguel y en los alrededores de la plaza de la Villa. Todo desemboca en una fecha clave para la comunidad judía en toda España: el 31 de julio de 1492, los Reyes Católicos firman su expulsión, condenados desde entonces y hasta bien entrado el siglo XIX, a una presencia críptica. Perseguidos y en el más estricto secretismo Madrid acogió a numerosos criptojudíos portugueses, descendientes de los que habían marchado el mismo año del descubrimiento de América. Ruta de los judíos expulsados de España en 1492
No existe una refundación efectiva hasta bien entrado el siglo XX. En 1917 se funda la primera sinagoga de Madrid, Midras Ababarnel, antecedente de la constitución de la Comunidad Judía en la región, en 1920. La sinagoga es cerrada en 1938 y, tras el final de la Guerra Civil, se interrumpe toda actividad pública. Así, la Comunidad Judía no se restituye hasta 1947, y dos años después se inaugura una nueva sinagoga, el Oratorio Lawenda, que años más tarde se traslada a la calle Pizarro para albergar una mayor, Betzión. Aunque el despegue y asentamiento definitivo fue en la década de los 60. Se estima que actualmente viven en la Comunidad de Madrid alrededor de 10.000 judíos. Su crecimiento en los últimos años remite en gran parte a la Argentina, pues muchos judíos emigraron a España tras el golpe militar, en 1976, y tras las recientes crisis económicas. La Segunda Guerra Mundial provoca igualmente la llegada de numerosos refugiados judíos. En aquellos años, Madrid se configuró como un escenario alternativo de espías y diplomacia encubierta. Como ejemplo, cabe mencionar la confitería Embassy, que actuó como tapadera para salvar a 30.000 judíos del despliegue nazi en la capital, con destino a Portugal. * Extraído del artículo homonimo, de Ignacio S. Calleja, publicado en el diario español ABC, el 29/enero/2017

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