El Museo Judío de Galicia: Un Museo Judío en un espacio Post-Judío. por Jakub Nowakowski*

Desde el punto de vista de la historia Judía, el área de la antigua provincial de Galicia, en Polonia, es especial. En ningun otro lugar se encuentran rastros -de una manera tan literal y visible- de la vida judía codo-a-codo con la vida cotidiana durante el Holocausto y la destrucción. En ningun otro lugar de Europa la presencia de ese vacío creado por el Holocausto es tan tangible como en los territorios de la actual Polonia y Ucrania.  En ningún otro lugar la evidencia de la destrucción es tan duradera y omnipresente como aquí—porque en ningún otro lugar de Europa la vida judía estuvo tan extendida como en la histórica Galicia.

Cuando en 2004 el fotógrafo británico Chris Schwarz fundó el Museo Judío de Galicia, se propuso crear un lugar que conmemorara el mundo Judío que existió en esta parte de Europa, y también crear un espacio donde los visitantes, independientemente de su origen, puedan interactuar con la vida judia actual. Con el tiempo, otra tarea, tal vez la más importante, se sumó a los objetivos originales del Museo: la participación en el renacer de la vida judía en Polonia, un proceso que está sucediendo frente a nuestros ojos. Por primera vez en más de 70 años, Polonia puede ser testigo de una creciente polifonia de voces judías—un enfático testimonio de la variedad de oportunidades y tendencias – yendo de los más Ortodoxos a los Progresistas a los completamente seculares. Esta polifonia, este tumulto, este ruido y este pluralismo, a pesar de las tensiones y los problemas inherentes, son un testimonio significativo de la auténtica vitalidad de este mundo.
¿Cual debería ser el rol de lo museos judíos en un ambiente tan particular? Deberían estas instituciones—ubicadas en un espacio tan vinculado al Holocausto—focalizarse sólo en aspectos detallados de este proceso? O, por el contrario, deberán crear una narrativa en la cual la  Shoah debería describirse como un capítulo—tal vez el más importante—en un panorama más amplio de la presencia judía en esta parte del mundo?
Este problema está relacionado con el tema de cómo perciben muchos extranjeros la Europa post-comunista: en muchos casos, no es meramente el lugar donde el Holocausto tuvo lugar, sino más bien el verdadero corazón de la oscuridad, un área de eterno anti-Semitismo, una tierra de cenizas.
Por supuesto, los estereotipos también existen entre los habitantes de la  Europa post-comunista. Aquí, sin embargo, la imagen es con frecuencia todo lo contrario, basada en gran parte en la memoria idealizada del pasado en referencia a los siglos de presencia judía y, en el contexto del Holocausto, a las acciones de los Justos de las Naciones. En estas narraciones, la nocion de “Polin” y la convivencia pacífica actuan como contrapeso a los pogroms y las persecuciones. Las gloriosas historias de los Justos, con su coraje, devoción, y sacrificio, traen luz a las oscuras sombras proyectadas por traidores y colaboracionistas. En estas narraciones, los polacos siempre serán las victimas—nunca los perpetradores, como si uno no pudiese ser victima y perpetrador al mismo tiempo.
Parece, por lo tanto, que – además de los obvios objetivos educativos – los museos judíos en la Europa post-comunista se enfrentan con estereotipos contradictorios que ponen de manifiesto sus visitantes. Aún más, los museos deberán (tarde o temprano) enfrentarse no sólo al pasado extremadamente complicado de la zona, sino también a otros asuntos contemporáneos relacionados con el tema de la identidad y la responsabilidad por el mundo circundante: por ejemplo: instalando preguntas como ¿quien debe ser el encargado de conmemorar la historia de aquellas comunidades judías en pueblos y ciudades donde esas comunidades hoy ya no existen?
Todo esto significa que, tal vez, los nuevos museos judíos en esta parte del mundo no deberían dedicarse solo a presentar la historia. Después de todo, existen alrededor nuestro visibles fragmentos del pasado que nos llevan a reflexionar directamente sobre la historia de los judíos polacos y de Europa del Este. Posiblemente, en lugar de solamente presentar la historia, los nuevos museos judíos deberían dedicar más esfuerzos a restaurar la conciencia de la existencia de esas huellas en el paisaje de la Polonia actual así como el valor de esas huellas como parte de nuestra herencia compartida.
Desde su apertura, el Museo Judío de Galicia se ha dedicado a adaptarse a este espacio único y particular. Como resultado, no hay otro museo judío en Europa Central o del Este, de un tamaño comparable, que sea tan innovador como el museo Galicia en términos de su posicionamiento vis-à-vis al exhibir la cultura judía, el Holocausto, y la vida judía actual todo bajo el mismo techo. Esta experiencia de aprendizaje ocurre no solo a través de la visita pasiva a las exhibiciones del Museo, sino también a través de la participación activa en una gran variedad de programas culturales, artísticos y educativos.


Además de las tareas de educación, el Museo Judío de Galicia cubre una serie de necesidades especificas relacionadas con la comunidad y la herencia. A través de un rico y variado programa de exhibiciones, el Museo ofrece una plataforma para ponerse en contacto con el Judaísmo, la cultura judía, la historia e, incluso, con el arte contemporáneo, proporcionando un ambiente comprometido y acogedor para gente de todos los orígenes y edades en el contexto de Cracovia. Los programas exhibidos apuntan a visitantes de la comunidad judía local así como a sus vecinos no-judíos, a turistas judíos que visitan el lugar donde murieron y/o el país de sus ancestros y a turistas no judíos que viajan a Polonia cada año.

El Museo ofrece el lugar perfecto donde, de una manera accesible y comprometida los  visitantes locales pueden entrar en contacto e interactuar con las exhibiciones dedicadas al pasado judío de esta región y a veces al de sus propias ciudades. Como las exhibiciones documentan las huellas de la  presencia judía en decenas de lugares, nos permiten localizar la historia, trasmitiendo a los visitantes una narrativa no de extraños sino más bien de antiguos vecinos. La creación de un programa de exhibiciones interesante y diverso en un espacio judío seguro y amigable permite a la comunidad no-judía local a comenzar a explorar la herencia judía como parte de su propia herencia, despertando la curiosidad, rompiendo estereotipos y superando prejuicios.

Finalmente, por la amplia variedad de exhibiciones, el Museo sugiere que esa sensación de que la experiencia judía tal como es vista hoy en Polonia no se ha quedado varada en un callejón sin salida, sino más bien es un universo en expansión con mucho para decir sobre temas contemporáneos y nuevas perspectivas.

A través de todas esas acciones, el Museo no solo conmemora el pasado, sino que también crea el ambiente apropiado para el renacimiento de la vida judía en la Polonia contemporánea. 

Museo Judío de Galicia, ul. Dajwór 18 - Cracovia, Polonia. Abierto diariamente de 10 a 18hs, excepto Yom Kippur y Navidad

* Jakub Nowakowski es, desde 2010, el director del Museo Judío de Galicia

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